Carta de un viajero

Muchos viajeros ayudaron a construir Nuestro Sueño, Ludovic Hubler es uno de ellos. Lo seguimos durante 5 años por Internet, Ludo (como le dicen) dió toda la vuelta al mundo en Autostop (a dedo diriamos en Argentina) y no gastó un solo centavo en pasajes (esa fué su consigna).

Esta es una carta que envió Ludovic (a quien conocí en Internet), y quiero compartir con Uds., con Ludovic nos contactamos primero vía email, luego el 12 de Agosto de 2007 «por casualidad» tuvimos una «conversación» muy motivadora vía chat, en ese momento el se encontraba en Delhi – India, un año después (2008) retornó a su hogar, dió la vuelta al mundo en 5 años exactos.

Les transcribo su carta y verán como «la vuelta»  le cambió la vida (me permití resaltar con comillas algunos de sus dichos):

A mi familia, a mis amigos de siempre y a los amigos que he hecho durante esta vuelta al mundo, a todos aquellos que han seguido mi aventura y me han alentado a lo largo de estos 5 años, a todos ustedes, queridos lectores de mi sitio web y de mis newsletters, les anuncio que… ¡Finalmente se completó el gran círculo!

Luego de cinco años, día tras día, habiendo partido de los Alpes franceses, heme aquí de retorno al punto de partida, al mismo lugar donde inicié mi aventura, el 1º de Enero de 2003. Tenía entonces 25 años, ahora tengo 30.

Abajo, a la izquierda, verán la primera foto de mi vuelta al mundo en autostop, tomada el 1º de Enero de 2003. A la derecha, la última, 5 años más tarde. Ustedes juzgarán si los años transcurridos han dejado su huella…

Ante todo, quiero agradecer a todos aquellos que me permitieron hacer realidad mi sueño de infancia, comenzando por mis allegados (familia, amigos), quienes siempre me apoyaron moralmente, y a todos los que aceptaron llevarme cuando hacía autostop, o que me brindaron alojamiento, a cambio de mis relatos de viaje.

También quiero hacer una mención especial a Claudio, mi «coach», que tanto me ha  ayudado durante todos estos años, y a todos los niños del hospital de Estrasburgo-Hautepierre, que siguieron mi aventura desde su inicio.
5 años alrededor del mundo hacen cambiar a un hombre. El Ludovic Hubler que partió buscando hacer realidad su sueño de infancia en 2003 no es el mismo que el que acaba de retornar.

Considero a esta vuelta al mundo una etapa necesaria de mi vida, entre la finalización de de mis estudios y el inicio de mi vida profesional, del mismo modo que lo sería un doctorado o un diploma Master para otros. Sin embargo, no he llevado a cabo esta etapa en un salón de clases sino en contacto con la realidad del terreno, al lado de los conductores y en contacto con los pueblos del mundo entero.

En un principio, esta vuelta al mundo sólo debía durar dos años, los que finalmente se transformaron en cinco, pues quería tener un conocimiento más profundo de nuestro planeta.
 
Para este encuentro con los pueblos del mundo, escogí el autostop bajo todas sus formas (autostop, barco stop, etc.) como medio de transporte, habiéndome planteado el desafío de «completar el gran círculo» sin gastar un centavo en transporte. Ninguna frase resume mejor mi visión del autostop que la que utilizó el Diario del fin del mundo, de Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina, para titular un artículo sobre mi aventura (el 28 de noviembre de 2003): « Asistiendo a la mejor escuela de vida ».
 
La mejor escuela de vida.

En efecto, el autostop permite un contacto casi íntimo entre dos individuos que nunca se han visto, durante algunos minutos, horas o incluso días. Desde mi punto de vista, un viaje no es un viaje si no incluye un contacto con la población local. El autostop permite ese contacto.

Pienso que todos y cada uno de los 1300 conductores que me han transportado durante estos 5 años alrededor del mundo (más un centenar en la vuelta a Europa, que la precedió) tenía algo que enseñarme. Así, he podido confrontar mis puntos de vista con los de gente que ha vivido experiencias muy diferentes de las mías; he podido aprender muchas cosas sobre los países visitados desde el punto de vista de sus habitantes…
 
Luego de esta enriquecedora experiencia, hay dos palabras que deseo pronunciar: NUNCA MÁS.
 
NUNCA MÁS

Nunca Más, actuaré sin pensar en las consecuencias que pueden tener mis actos en el medio ambiente, y ya no dejaré que mi gobierno ignore los desafíos medioambientales del planeta.

Soy testigo de hasta qué punto el ser humano está destruyendo poco a poco nuestro bello planeta, desde la acentuada deforestación en Honduras, Brasil o Indonesia hasta el progresivo derretimiento de los glaciares en la Antártida o el gran norte canadiense.

En el semanario inglés «The Economist» un columnista escribía recientemente: «Will individual ignorance and selfishness lead to collective doom?» (¿Será que la ignorancia y el egoísmo individuales nos llevarán a una condena colectiva?), es una pregunta que me hago a menudo…

Cada uno de nosotros tiene un rol que cumplir para evitar esa condena colectiva.

Una de las grandes prioridades para lograrlo es la promoción de las fuentes de energía alternativas.

Nunca más, me quejaré por lo que no tengo.

  • Esta vuelta al mundo me ha permitido estar al lado de gente que no tenía nada (ni siquiera servicios básicos como agua potable o electricidad) y que sin embargo sonreía, ofrecía su hospitalidad y nunca se quejaba de su suerte.
  • Trataré de nunca olvidar a esas personas que me han aportado tanto, e intentaré relativizar mis problemas personales.
  • Nunca más, ignoraré el fabuloso trabajo de todas aquellas personas que trabajan en la sombra (generalmente a título gratuito o casi) tratando de hacer de éste un mundo mejor.
  • Antes de partir, ni siquiera sabía lo que significaban las siglas «ONG». Luego de visitar un centenar de ellas y tomar contacto con individuos formidables que buscan cambiar el destino de los más desfavorecidos, sólo tengo un deseo:
    • Aportar mi modesta contribución a ese esfuerzo y alentar a cada uno de ustedes a hacer lo propio.

 
Nunca más, olvidaré la suerte que tengo de haber nacido en un país como Francia. Gracias papá, gracias mamá. Cuantas personas me han hecho notar en estos cinco años, la suerte que tengo de haber recibido una educación de calidad, de contar con un pasaporte que me permite viajar libremente por el mundo y una moneda fuerte que hace posible tal viaje.

Quisiera que en un futuro no muy lejano hubiera reciprocidad en los desplazamientos de los ciudadanos del mundo; no es el caso actualmente.

Espero que pronto comprendamos que muchos de los problemas del mundo se solucionarían mediante el desarrollo de un equilibrio entre los diferentes países.
 
Nunca más, juzgaré a nadie basándome simplemente en la apariencia física, la nacionalidad, la pertenencia religiosa ni dejándome llevar por estereotipos. 

Si mi vuelta al mundo me ha enseñado algo, es que todos somos iguales, sin importar el color de nuestra piel, nuestra religión, nuestra raza o el equipo de fútbol que apoyamos.

Cada uno de los 6 mil millones y medio de ciudadanos de este mundo (o la inmensa mayoría) comparte las mismas necesidades primarias y deseos.

Todos y cada uno de nosotros buscamos la felicidad, la seguridad, el amor, nos ilusiona criar a nuestros hijos y queremos que tengan el mejor futuro posible.

La diversidad es una riqueza y todos debemos aprender unos de otros.
 
Nunca más, me dejaré lavar el cerebro por aquellos medios de prensa que sólo buscan el sensacionalismo y las malas noticias.

Mis recientes viajes a Irán, Pakistán, Afganistán (y hace algún tiempo a Colombia) me han demostrado hasta qué punto la percepción que tenía de los habitantes de esos países estaba sesgada por causa de los medios, que no insisten en otra cosa que cubrir las actividades subversivas de unos cuantos, nada representativos del pensamiento de la mayoría de la población.
 
Nunca más, dejaré de ofrecer hospitalidad al viajero de paso o a un amigo necesitado; es grande la deuda que tengo con todos aquellos que me han ofrecido hospitalidad a lo largo de estos cinco años de viaje. Y he podido comprobar que Europa tiene mucho que aprender de Latinoamérica o del Medio Oriente a este respecto. 

Quiero agradecer a los dos sitios Internet www.hospitalityclub.org y www.couchsurfing.com que han facilitado y han hecho más interesante mi vuelta al mundo.
 
Nunca más, compraré ningún producto sin pensar en las consecuencias de mi acto de compra. 

Durante las conferencias que di en diversas escuelas y organizaciones, procuré difundir la idea del comercio justo o equitativo, y de que el consumidor debe ser responsable; «Comprar es votar».

En lo sucesivo, cada vez que compre un producto cualquiera, me preguntaré qué tipo de empresa se está beneficiando con mi compra.
 
Nunca más, tendré temor a lanzarme en proyectos de gran envergadura.

La cita de Oscar Wilde «La sabiduría es tener sueños lo suficientemente grandes para no perderlos de vista cuando uno los persiga» me llevó a lanzarme a esta aventura y fue un leitmotiv a lo largo de todo mi recorrido. Asimismo, siempre tendré presente la cita del francés Dominique Glocheux «La vida no es un restaurante sino un buffet, pueden servirse”.
 
ESTADO DE ÁNIMO
 
Muchos me preguntan sobre mi actual estado de ánimo, luego de 5 años de viaje alrededor del mundo. La primera respuesta es que me siento en armonía conmigo mismo y que nada es más importante que eso. Hacía tiempo que quería realizar esta vuelta al mundo, ahora puedo decir misión cumplida y estoy muy feliz de ello. Como lo expliqué anteriormente, esta vuelta al mundo no ha sido sino una etapa en mi vida, una etapa necesaria que debe permitirme no sólo conocer y comprender mejor el mundo que me rodea sino también conocerme mejor a mí mismo. Durante estos años de viaje, he debido adaptarme continuamente a nuevas personas, nuevas culturas y nuevas tradiciones. Ahora, de regreso a casa, pienso que readaptarme a mi propia cultura no debería ser difícil. En lo sucesivo, debo construir una nueva etapa de mi vida, tanto a nivel personal como profesional, pero influenciado e inspirado por todas las personas que he conocido en estos años.
 
En lo que se refiere al cambio de estilo de vida, del nomadismo al sedentarismo, no creo que sea un problema. Francamente, estoy un poco cansado de estar en perpetuo movimiento y la perspectiva de poder acostarme en una cama confortable por más de 3 días seguidos, baños a la europea, (con papel higiénico, agua caliente, etc.) y no tener que presentarme todos los días a la gente, es muy agradable.
 
¿Y ahora? ¿Qué hago???
 
En unos cuantos días habré retornado a Estrasburgo, mi ciudad querida. Luego de haber disfrutado de mi familia, con la que tuve el enorme placer reencontrarme para Navidad (mi primera Navidad en familia en 5 años) y luego de haberme deleitado con una buena tarta flambeada, un buen chucrut y una buena copa de vino blanco (especialidades de mi región), me lanzaré a escribir un libro que retrazará los 1825 días que pasé en las rutas del mundo.
 
Este libro, que probablemente se titulará «Stop ou encore», tendrá como objetivo no sólo compartir con el público algunas de mis aventuras y encuentros, sino también comunicar mi sentimiento sobre los problemas del mundo, desde la perspectiva de alguien que ha tenido un contacto casi íntimo con las más diversas poblaciones. No es mi intención repetir todo lo que se dice en los periódicos, sino plasmar mis impresiones a partir de los diálogos con los habitantes del mundo. También es posible que un documental sobre mi vuelta al mundo sea producido, aunque ello todavía está por definirse. Prometo tenerlos al tanto en cuanto el libro sea publicado.
 
Una vez terminado el libro, seguiré dando conferencias y entrevistas en los medios, para compartir mi aventura con el público, comunicar mensajes que creo importantes, y por supuesto, hacer la promoción de mi libro. Luego, tengo varias ideas y proyectos en mente, pero todo se hará a su debido tiempo; los mantendré informados al respecto.
 
CIFRAS SIGNIFICATIVAS
 
A continuación, algunas cifras significativas de esta vuelta al mundo en autostop:
 
0 – Céntimos gastados en transporte para dar la vuelta al mundo (aparte del transporte urbano y algunos viajes de ida y vuelta con retorno al punto de partida). Desafío logrado.
59 – Número de países visitados durante esta vuelta al mundo (pueden ver la lista haciendo clic en el siguiente
170,000 – Número de kilómetros recorridos entre el 1º de enero de 2003 y el 1º de enero de 2008
1,300 – Número de automóviles o camiones que me han llevado en autostop durante esta vuelta al mundo
20,000 – Número estimado de la cantidad de horas de espera en las estaciones de servicio o en las carreteras
28 – Número máximo de horas de espera en una estación de servicio para que alguien me lleve en autostop
25 – Número mínimo estimado de segundos de espera para que alguien me lleve en autostop (primer automóvil en Tarragona, España)
5 y medio – Número máximo de días que pasé en un solo automóvil (travesía parcial del Sahara)
1,700 – Número máximo de kilómetros recorridos en un solo automóvil (entre Florianópolis, Brasil y Buenos Aires, Argentina)
20,000 – Número estimado de personas que se negaron a llevarme en autostop en las estaciones de servicio (por todo tipo de razones).
1’000,000 – Número estimado de vehículos que pasaron delante mío sin parar mientras hacía autostop (disculpen, no los conté).
10 – Número de embarcaciones (buques, veleros, catamaranes, etc.) en los cuales trabajé a fin de poder continuar mi recorrido (Islas Canarias, Islas Canarias – Cabo Verde, Cabo Verde – Brasil, Ushuaia – Antártida, Colombia – Panamá, Panamá – Nueva Zelanda (3 meses y medio), Nueva Zelanda–Australia, Australia – Indonesia, Isla de Yamdena – Timor Occidental (Indonesia), Timor Occidental – Flores (Indonesia))
22,000 – Número de fotos tomadas durante esta vuelta al mundo
450 – Número de lugares diferentes en los que he dormido durante estos 5 años de vuelta al mundo, y por lo tanto, número de veces en que he tenido que desempacar y volver a empacar.
1 – Mochila para llevar mi ropa y otros enseres… Ha resistido hasta el fin a pesar de varias “cirugías”…
25,000 – Costo total de mi vuelta al mundo en Euros (incluyendo visas, seguro, alimentación, visitas, conexiones de Internet, cámara fotográfica, computadora portátil y todos los imprevistos). Ahora voy a pedir un préstamo, (reembolsable más adelante) para poder escribir mi libro.
10 – Mi presupuesto diario en dólares americanos.
300 – Número de conferencias dadas durante mi recorrido en escuelas, universidades, Rotary Clubs y Alianzas Francesas.
0 – Número de agresiones sufridas. Sí, es totalmente posible viajar alrededor del mundo sin ser agredido.
7 – Número de kilos perdidos. Peso actualmente 73 Kg. Mi peso mínimo fue 70 Kg. en Indonesia, el máximo 80 Kg . al partir.
1 – Planeta Tierra, es espléndido, ¡conservémoslo!!!!

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